Filosofía detrás de este enfoque”
La filosofía detrás de Small Hands Projects está profundamente arraigada en el método Montessori, que enfatiza un aprendizaje práctico y centrado en el niño, favoreciendo el desarrollo holístico de cada pequeño. Nuestro enfoque reconoce la curiosidad innata y el potencial de cada niño, especialmente de aquellos provenientes de comunidades desatendidas, y busca crear un entorno donde el aprendizaje sea significativo y, al mismo tiempo, una fuente de alegría.
El niño que debe adaptarse a su entorno solo puede hacerlo copiando a los demás. Si los niños no copiaran, cada ser humano empezaría una nueva civilización y no habría continuidad. La evolución humana es continua porque los niños pequeños imitan a los mayores.
– Maria Montessori
Estas actividades están especialmente indicadas para comunidades de aprendizaje que incluyen a niños en grupos de edades mixtas, entre los 2 años y 6 meses y los 6 años.
Las manos ayudan al desarrollo del intelecto. Cuando un niño es capaz de usar sus manos, puede tener una gran cantidad de experiencias en el entorno a través de ellas. Para desarrollar su conciencia, luego su intelecto y después su voluntad, debe tener ejercicios y experiencias.
– Maria Montessori
Los niños pequeños aprenden mejor cuando se les permite mover su cuerpo y manipular objetos reales.
The teacher, therefore, must keep the didactic developmental material in perfect order. If this is not the case, the children will not take an interest in it and if they do not, the material becomes useless, as the entire Montessori method is based on the spontaneous activity of the child which is aroused precisely by the interest the child takes in the material. The teacher must make sure that every object used by the children has a place of its own that is easily accessible to them.
- Maria Montessori
Es importante brindar cuidado y atención al aula o espacio de aprendizaje de forma diaria. Siempre que sea posible, los objetos rotos o en mal estado deben ser reemplazados por otros que estén limpios y en buenas condiciones.
Si los niños son libres, podemos ver cómo tienen este gran deseo, no solo de comer y jugar, sino también de algo más elevado. Desde el principio tienen este deseo maravilloso.
– Maria Montessori
Los niños menores de seis años muestran un gran interés por las tareas cotidianas y realmente desean participar en la vida que ven desarrollarse a su alrededor. Quieren explorar los objetos que encuentran en el hogar y descubrir cómo pueden usarse. Cuando les damos la oportunidad de hacerlo de una manera segura y organizada, experimentan un grado de confianza en sí mismos que proviene de sentirse capaces e independientes. Esto es distinto de jugar con juguetes, lo cual les ofrece otras oportunidades.
No les digas cómo hacerlo. Muéstrales cómo se hace y no digas una palabra. Si se lo dices, mirarán cómo se mueven tus labios. Si se lo muestras, querrán hacerlo ellos mismos.
– Maria Montessori
Los adultos que guían este espacio de aprendizaje se colocarán entre los niños, en lugar de situarse directamente frente a ellos, y ofrecerán presentaciones de lecciones (demostraciones) a un niño a la vez, en lugar de hacerlo con todo el grupo. Durante una lección, es importante seguir lo más fielmente posible las instrucciones escritas proporcionadas, eliminando toda conversación innecesaria y enfocándose únicamente en los movimientos asociados con la lección.
El adulto actuará como modelo para los niños en cuanto a buenos modales, cortesía y calma interior. Las palabras y acciones del adulto deben transmitir respeto hacia el niño en todo momento. La voz del adulto debe ser suave para establecer un ambiente de paz y tranquilidad en el entorno de aprendizaje.
¡Existen algunas pautas básicas que hacen que esto sea más fácil de lo que parece! En primer lugar, es importante centrarse en el objetivo de permitir que los niños sean lo más independientes posible. Los niños no deben elegir una actividad que aún no les haya sido demostrada por un adulto. Esto garantiza que experimenten éxito cuando finalmente tengan la oportunidad de utilizar algo, y también fomenta un nivel general de respeto por el ambiente.
Cuando se presenta una lección a un niño (siguiendo las instrucciones cuidadosamente y con exactitud), esto le permite elegir esa actividad en cualquier momento o cualquier día a partir de entonces. Cuando los niños pueden elegir su propio trabajo, tienden a estar más interesados en lo que hacen y, por lo tanto, pasan más tiempo en ese ejercicio.
Los niños deben poder permanecer en cualquier actividad durante el tiempo que deseen, siempre que traten los objetos con respeto. También es importante reconocer el derecho del niño a trabajar solo (lo cual es lo preferido por los niños menores de cinco años), y por lo tanto no debe pedirse a los niños que “compartan” su trabajo con otros. El trabajo, una vez finalizado, se devuelve al estante para que otro niño pueda elegirlo.
Cuando un niño necesita ayuda para completar su actividad, limpiar un derrame o superar algún desafío, el adulto puede recomendar que otro niño más experimentado ofrezca asistencia. Al final del día o de la sesión, se anima a los niños a limpiar y organizar su espacio de aprendizaje para el día siguiente. Los adultos deben ofrecer solo la ayuda necesaria, y lo ideal es que esto ocurra cuando los niños hayan abandonado el espacio.
Nunca ayudes a un niño con una tarea en la que él siente que puede tener éxito.
– Maria Montessori
La libre elección es uno de los más altos procesos mentales.
– Maria Montessori
La libre elección es, de hecho, un aspecto necesario de este enfoque educativo, en el cual el adulto debe reconocer que al usar los materiales los niños están participando en una forma de autoeducación científicamente comprobada. Elegir una actividad sin coerción por parte del adulto fortalece la autoestima del niño y fomenta en él un deseo de aprender hasta los límites máximos de su comprensión. Esta es una mentalidad importante para todas las experiencias educativas futuras en la vida y, lejos de promover una falta de disciplina en general, ofrece a cada niño la oportunidad de desarrollar autodisciplina, lo que finalmente da como resultado un ser humano más concentrado y seguro de sí mismo.
El ambiente en sí mismo enseñará al niño, si cada error que comete se le manifiesta sin la intervención de un padre o un maestro, quienes deben permanecer como observadores silenciosos de todo lo que sucede.
– Maria Montessori
A diferencia de otros modelos educativos, en este tipo de ambiente de aprendizaje los errores se consideran oportunidades para aprender. Cada actividad está diseñada con algún modo de indicarle al niño cuando ocurre un error. El niño puede darse cuenta del problema y de manera natural intentará encontrar una solución. Si el niño busca ayuda, la primera opción debería ser siempre un niño mayor, si es posible; esto permite mantener al mínimo la dependencia del niño hacia el adulto y, además, brinda a los niños la satisfacción emocional de ayudar a otros.
A diferencia de otros enfoques educativos, en este entorno el adulto no buscará “controlar” el comportamiento de los niños, sino que confiará en que, al seguir pautas básicas de convivencia que reflejan prácticas culturales familiares y estándares universales, los niños aprenderán a desarrollar un nivel de autodisciplina que a menudo resulta inesperado para este grupo de edad.
Sí, es importante establecer expectativas que fomenten un fuerte sentido de comunidad (respetar el espacio personal de los demás, usar palabras amables, tratar los objetos con cuidado, etc.), pero igualmente importante es que el adulto modele estas mismas virtudes.Los niños menores de seis años están aprendiendo sobre el mundo a partir de todo lo que observan a su alrededor; los adultos que actúan con calma y respeto irradian confianza, y esto será percibido por los niños como una lección de gran importancia.
But an adult, if he is to provide proper guidance, must always be calm and act slowly so that the child who is watching him can clearly see his actions in all their particulars.
- Maria Montessori
Los niños necesitan experiencias que les permitan tomar decisiones de manera independiente si van a poder desarrollar autoconfianza. Este tipo de espacio de aprendizaje ofrece a los niños oportunidades para tomar decisiones, pero estas decisiones existen dentro de ciertos límites. Por ejemplo, un niño solo puede elegir entre actividades que el adulto ya le haya demostrado. Un niño tendrá que esperar si otro niño está utilizando algo que él desea; solo en ocasiones específicas se pedirá a los niños que “compartan” objetos.
A un niño se le permitirá usar una actividad durante el tiempo que desee, siempre que esté mostrando respeto hacia los objetos; esto implica que otros niños que deseen esa actividad deberán hacer una elección diferente. La autodisciplina se adquiere después de la práctica continua de enfrentar la decepción, experimentar un problema o llegar a un punto en el que sea necesario regular las propias emociones y comportamientos. La autodisciplina no suele ser exigida de manera constante por los enfoques educativos tradicionales, pero influye en la mentalidad del niño de una manera excepcionalmente positiva; una vez adquirida, el niño puede apreciar el aprendizaje como una experiencia gozosa y no como una obligación que debe cumplir para agradar a un padre o a un maestro.
Un niño que ha desarrollado la capacidad de controlar sus impulsos sin amenazas ni recompensas externas suele estar bien adaptado, con ganas de aprender y con confianza. Además de las muchas habilidades de la vida cotidiana que este proyecto ofrece, el regalo de la autodisciplina tiene el potencial de transformar la vida de manera única, ya que influye en la mentalidad del niño para siempre.
Permitir que el niño haga lo que quiera cuando aún no ha desarrollado ningún poder de control es traicionar la idea de libertad.
– Maria Montessori
